Poco a poco, las empresas españolas están apostando por incorporar otras formas de trabajo como la movilidad, la flexibilidad horaria o el teletrabajo, es decir, empleados que tienen su lugar de trabajo habitual fuera de la oficina, y se prevé que durante los próximos años esta tendencia aumente.
La nueva realidad del mundo laboral empuja a buscar nuevos métodos de organización y gestión en las empresas, pero para algunas, no tener el control exacto de lo que están haciendo sus empleados fuera de la oficina es el motivo principal para no implantar el teletrabajo o otras formas que supongan pasar horas fuera de la oficina.
Sin embargo estudios tras estudios muestran que el teletrabajo o el smart working puede dar lugar a una mayor productividad, menor rotación, menos días de enfermedad y absentismo o un nivel mayor de satisfacción de los trabajadores. Al ser un modelo basado en los resultados, supone una motivación extra para que los profesionales intenten incrementar su eficiencia. Además, la deslocalización del trabajo elimina algunos costes como el alquiler de espacio o las dietas, haciendo bastante atractiva su implementación para las empresas.
Por otro lado, pasar menos tiempo en la oficina también es una cuestión generacional, ya que para los millennials es mucho más importante tener un balance entre su vida laboral y personal. Estos jóvenes serán quienes ocupen los trabajos y según indican los expertos, si las organizaciones no se adaptan a este nuevo entorno podrían tener problemas para mantenerse.
Mayor productividad
Según el INE, los teletrabajadores aumentan su productividad entre un 5% y un 25% respecto a los presenciales. Se ha demostrado que estar 8 horas al día instalados frente a un ordenador y exactamente en el mismo lugar da paso a caer en la rutina, hastío o estrés, empeorando nuestra salud física y mental.
Si se trabaja desde una ubicación diferente a la oficina, los empleados procesan esta posibilidad como una recompensa, lo que les hace sentirse más motivados y deseosos de demostrar que son capaces de cumplir las expectativas y de merecer la confianza que la empresa ha depositado en ellos.
Además, cambiar de localización ayuda a tener menos distracciones, a la generación de estímulos y la creación de ideas nuevas.
El teletrabajador cuenta con un mayor compromiso con la empresa y gestiona y aprovecha mejor su tiempo, ya que no depende de unos horarios, sino del volumen de trabajo o proyectos asignados. En este sentido es importante que el cambio en la organización laboral esté enfocado en resultados, por lo que deben establecerse unos objetivos específicos, definiendo las acciones, herramientas y medios para lograrlos, garantizando así la productividad de los empleados.
Por su parte, las empresas deben implantar sistemas que permitan a los trabajadores remotos acceder a la información y a las aplicaciones corporativas desde cualquier lugar; así siempre estarán localizables y disponibles para establecer una videoconferencia con el resto de compañeros o un workshop.
Fomentar el trabajo en equipo es indispensable para alcanzar una jornada laboral exitosa ya que permite una mejor comunicación entre los trabajadores y fomenta la participación e interés por el futuro de la empresa.
Por lo general tendemos a pensar que el teletrabajo reduce la comunicación entre un equipo, dado que sus distintos miembros no están sentados uno al lado de otro. No obstante, si se emplean las herramientas adecuadas, las relaciones pueden ser incluso más eficientes